18 abr 2011

My Castilian Feeling / Mi sentimiento castellano




Original text in English

It’s already almost ten years since I left Castile. In fact, it would be more appropriate to say it’s almost ten years since I left my home town, for we Castilians don’t often talk about our region but about our towns or provinces. On this matter we’re very different from Spaniards from other regions. People from Orense say they’re Galician, people from Gerona say they’re Catalonian, people from Jaen say they’re Andalusian and people from Saragossa say they’re Aragonese. Their regional feeling is much stronger than ours.
In my particular case, this attitude could be perfectly understood since we could say that the only Castile I know is my home town or my province at the most. I’ve never been to Burgos, Segovia, Leon or Soria, and I’ve just paid short sightseeing visits to the rest of the Castilian capitals.

I don’t mean to offend the Leonese by saying ‘Castilian capitals’. I don’t want to state that Leon is just another Castilian town. Here we have another problem of our region: the dual identity. When the Autonomous Community was established in 1981 we were all Castilan-Leonese. Soon after, due to the demands made by Leon, we were Castilians and Leonese. The Leonese are not Castilian and the Castilians are not Leonese. But we live together in a single Community. Many people in Leon want to have their own Autonomous Community. I don’t care much about it. In fact, I think that Leon has many more historical rights to be an Autonomous Community than some other regions such as La Rioja.
I’ve never felt Castilian-Leonese; I’ve always felt simply Castilian. It is now that I’m getting a dualist identity and I start to feel Castilian-Canarian. A weird combination, isn’t it?

So then, in which way do I feel Castilian?

—I like Castilian folk music, especially the Castilian romance which seems to come directly from the Middle Ages. The sound of the ‘dulzaina’ makes me shudder.

—I love the Castilian symbols. I’m very keen on Heraldry and Vexilology and I don’t think I’m biased when I say that the flag of Castile and Leon is really one of the most beautiful flags in the world. Other regions –such as La Rioja– can’t say the same.

—I’m proud of my accent, the way that Old Castilians speak. But I don’t mean that it’s the most beautiful accent. I also like deeply the way our language is spoken in Latin America.

—I prefer to call our language Castilian rather than ‘Spanish’. The first grammar of our language by the Lebrijano Antonio de Nebrija was entitled ‘Gramática de la lengua castellana’. Later, Castile lost her identity, giving it to Spain. That’s why Castilian began to be called Spanish. We cannot say that the proper name is Spanish just because words from some other regions were added to the language. However, the name of a language only changes when it becomes a different one. And that was not the case with Castilian.

I remember that at an international conference on our language that took place in Salamanca, the former president José María Aznar and the writer Camilo José Cela insisted on the idea that name of our language is Spanish. That’s enough reason to call it Castilian.

Moreover, the Spanish Constitution plainly states that the official language of the State is Castilian (not Spanish).

Anyway, I’m flexible at this point and sometimes, I also use the term ‘Spanish’.

—I admire the Castilian landscapes. I’m aware that most people find it boring and barren. For my money, they’re mystical. I love our father river the Douro. I guess I’m utterly subjective at this point.

—I love our monuments, our castles, our churches, our cathedrals… Yes, being an atheist doesn’t prevent me from being able to enjoy our religious masterpieces.

Obviously, there are also many things to criticise in Castile. I’m not one of those chauvinists unable to see what’s wrong about the land they love. But on this occasion I’m not going to talk about those bad things. We are now taking part in a celebration:  the four hundred and ninetieth anniversary of the execution of our heroes The Comuneros.





Texto traducido al castellano

Hace ya casi diez años que partí de Castilla. De hecho, sería más apropiado decir que hace casi diez años que partí de mi ciudad natal, porque los castellanos no solemos hablar de nuestra región sino de nuestras ciudades o provincias. A este respecto somos muy diferentes de los españoles de otras regiones. Los orensanos dicen que son gallegos, los gerundenses dicen que son catalanes, los jienenses dicen que los andaluces y los zaragozanos dicen que son aragoneses. Su sentimiento regional es mucho más fuerte que el nuestro.
En mi caso particular, esta actitud podría ser comprendida perfectamente ya que la única Castilla que conozco es mi ciudad natal o como mucho mi provincia. Nunca he estado en Burgos, Segovia, León ni Soria, y tan solo he hecho breves visitas turística al resto de las capitales castellanas.

No pretendo ofender a los leoneses al decir «capitales castellanas». No quiero afirmar que León sea tan solo otra ciudad castellana. Nos encontramos aquí con otro problema de nuestra región: la identidad dual. Cuando se estableció la Comunidad Autónoma en 1981, todos éramos castellano-leoneses. Poco después, debido a las exigencias de León, fuimos castellanos y leoneses. Pero vivimos todos en una única Autonomía. Muchos leoneses quieren tener su propia Comunidad Autónoma. A mí no me preocupa mucho. De hecho, pienso que León tiene muchas más razones históricas que otras regiones para ser una Comunidad Autónoma, como por ejemplo La Rioja.

Yo nunca me he sentido castellano-leonés; siempre me he sentido simplemente castellano. Es ahora cuando estoy empezando a tener una identidad dual y empiezo a sentirme castellano-canario. Una extraña combinación ¿no?

Entonces, ¿de qué manera me siento castellano?

—Me gusta la música tradicional castellana, especialmente el romance castellano que parece provenir directamente de la Edad Media. El sonido de la dulzaina me hace estremecer.

—Me encantan los símbolos castellanos. Soy gran aficionado a la Heráldica y a la Vexilología y no creo ser parcial al afirmar que la bandera de Castilla y León es verdaderamente una de las bonitas del mundo. Otras regiones –como La Rioja– no pueden decir lo mismo.

—Estoy orgulloso de mi acento, de la forma en que hablamos los castellanos viejos. Pero no quiero decir que crea que es acento más bonito. También me gusta mucho la forma en que se habla nuestro idioma en Latinoamérica.

—Prefiero llamar nuestra lengua «castellano» y no «español». La primera gramática de nuestra lengua, del lebrijano Antonio de Nebrija llevaba como título «Gramática de la lengua castellana». Más tarde Castilla perdió su identidad cediéndosela a España. Ésa es la razón por la que el castellano empezó a denominarse español. Sin embargo, la denominación de una lengua sólo cambia cuando se transforma en una lengua diferente. Y ése no fue el caso del castellano.

Recuerdo que en una conferencia internacional sobre nuestro idioma que tuvo lugar en Salamanca, el ex-presidente José María Aznar y el escritor Camilo José Cela insistieron en la idea de que el nombre de nuestra lengua es español. Ésa es razón suficiente para llamarlo castellano.

Además, la Constitución Española establece claramente que el idioma oficial del Estado es el castellano (no el español).

De todos modos, soy flexible en este punto y a veces también utilizo el término «español».

—Admiro los paisajes castellanos. Soy consciente de que la mayoría de la gente los encuentra aburridos y yermos. En mi opinión son místicos. Adoro a nuestro padre Duero. Me temo que soy totalmente subjetivo en este punto.

—Amo nuestros monumentos, nuestros castillos, nuestras iglesias, nuestras catedrales… En efecto, ser ateo no me impide poder disfrutar de nuestras obras de arte religiosas.

Obviamente, hay también muchas cosas que criticar en Castilla. No soy uno de esos chauvinistas incapaces de ver los que está mal en la tierra que aman. Pero en esta ocasión no voy a hablar de esas cosas negativas. Nos encontramos ahora celebrando el aniversario de la ejecución de nuestros héroes Los Comuneros, hace cuatrocientos noventa años.





5 comentarios:

  1. Susto me habías dado. Pensé que estaba en una página institucional... A mi Castilla también me gusta. El Cid, el Duero, Burgos, doña Jimena, los destierros.

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  2. Me ha pasado lo mismo que a STULTIFER que creí que me había equivocado de página... con lo que tú eres y menudo susto institucional me has dado... lo de SEMANA CASTELLANA me suena a mi SEMANA ANDALUZA, aunque me gusta la idea porque así conocemos más del "terruño" de los demás y superamos divisiones tontas, a la par que nos enorgullecemos, cada uno, de ser lo que somos como parte del todo de los demás...

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  3. No estoy de acuerdo con que en galicia no haya localismos, aquí la gente dice que es de coruña, ourense o vigo antes que nada. Lo que pasa que desde fuera nos etiquetais como gallegos en el momento en que abrimos el buzón y se nos escapa una gaita en la voz, jajaja.

    De todos modos, me pregunto yo... qué tienes tú en contra de La Rioja? jajajajaja

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  4. Al leerte me he sentido un poco más orgulloso de mi tierra. Un abrazo desde Burgos!

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  5. Qué bonito suena cuando se pronucia solo ese nombre, sin accesorios: Castilla, tal y como la llamaban los poetas de la Generación del 98. Cuando se crearon las comunidades autónomas, el territorio de la Castilla histórica quedó fragmentado en cinco comunidades. En ese momento pesaron más los regionalismos dentro de la propia Castilla que la idea de consolidar una entidad política común, aunque fuera inventando nombres como Castilla-La Mancha o Cantabria, que antes ni existían. Aunque no sabemos lo que pueden deparar los tiempos venideros. Y en cuanto a la bandera de Castilla y León, no sólo es una preciosidad, sino que es una de las más antiguas del mundo, a punto ya de cumplir 9 siglos, cuando la mayoría datan del siglo XIX, o menos; y fue la bandera de la Corona de Castilla durante muchos siglos (dejando su huella en la heráldica de ciudades como Las Palmas, sin ir más lejos, que también tiene su león rampante y su castillo), y era la que hondeaba en las naves de Colón cuando llegó a América. Y del idioma castellano, lo de llamarlo español es más por motivos políticos que por rigor filológico, porque al inglés nadie lo llama británico. Un beso de un canario a otro, y cuídanos Castilla, que de alguna u otra manera castellanos somos un poco todos.

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